Los teleprogres

Y ahora la Nierga. Pero qué cuadrilla! Todos en nómina! Pero queda algún progre en España que de verdad trabaje? Hay algún progre en la construcción? Hay algún progre en la agricultura? Hay algún progre panadero? Hay algún progre empresario? Ay, qué pregunta hice, pero cómo va a ver algún empresario que sea progre. Perdonen por mis desvaríos, si es que a estas horas y con estos niveles del fluído de Baco, es que no sé ni lo que digo, mejor que me eche a dormir.
Pero antes de ponerme en la posición horizontal -sí, amigos míos, los no progres dormimos en posición horizontal, quizás los progres muy progres lo hagan en la vertical, pero yo, pobre humano, pobre pecador, lo hago en la horizontal, a veces en decúbito supino, otras en decúbito prono, las más en decúbito lateral derecho y alguna vez en decúbito lateral izquierdo, pero esta última en menos ocasiones, pues me siento el corazón, y ya se sabe, los liberales y además hipocondríacos como yo no podemos sentirnos el corazón- quiero escribir sobre el programa de la Nierga. Es un programa de niños -ay los niños, lo mejor del programa- que lo que intenta, a mi manera de ver, es adoctrinar a los infantes en la doctrina progre, en la educación para la ciudadanía zapateril, en el sutil lavado cerebral prosociata y proprogre. Quizás exagero, no lo sé, quizás la exageración se deba al rico producto del dios Baco, o quizás a mi testarudez antiprogre, a mi alergia antisociata, a mi neurosis antizapatero. La verdad es que necesito ayuda, preciso de un largo psicoanálisis de la escuela lacaniana. De dónde vendrá esa mi aversión a lo progre, dónde tendrá sus raíces, qué pérdidas, qué conflictos en la infancia han causado mi trastorno. No lo sé, me gustaría saberlo, pero a día de hoy tengo que vivir con estos conflictos no solucionados que habitan en mi inconsciente. Quizás otros cuatro años de gobierno de mi amigo Zapatero sirvan para curarme de mis neurosis, de mis aversiones. Con Zapatero todos felices y comiendo muchísimas perdices, sobre todos los progres con sus contratos millonarios en televisión española. O no tan millonarios, vaya usted a saber.