domingo, 17 de agosto de 2008

Tedioso domingo.

La tentación de no escribir más me ha invadido tras mis largas vacaciones. Sólo la melancolía y el plomizo cielo sueco me han hecho vencer la tentación. La nostalgia, la melancolía, suelen, si no son excesivas, encender la llama de la inspiración. En mi caso, el hastío de vivir esclavo (esclavitud voluntaria) en estas tierras nórdicas, tan aburridas, que hasta el paisaje es siempre el mismo, emborrachado de tonos verdes, en mi caso, digo, el hastío hace que haya vuelto a escribir. Pero no voy a escribir hoy de política española, quizás no lo haga más, no lo sé, cada vez me hastía más. Tampoco sé muy bien de qué estoy escribiendo, si es que escribo de algo. El absurdo y el tedio vitales que hoy embargan mi alegría de vivir me paralizan con sus grandes y largas garras. Será el síndrome posvacacional? Sera una crisis vital? Será mi neurosis que ha despertado? No, no es nada de eso, es que es domingo, maldito domingo. Menos mal que ha ganado Nadal.